Cuando alguien con permiso modifica un documento, SAAG avisa a los revisores y luego a quien debe aprobar los cambios siguiendo un flujo definido de trabajo donde cada paso cuenta con cierto tiempo para concretarse. Al aprobarse los cambios, automáticamente el documento queda visible para todos los usuarios que tengan permiso de leer. Si alguna de estas actividades no se realiza en el tiempo reglamentado, se incluyen en un reporte de atrasos que SAAG genera diariamente de forma automática y que envía una vez al día por correo electrónico a una dirección de correo configurable. Esta dirección puede ser la del gerente de calidad, del director o de alguna autoridad de la organización interesada en conocer el funcionamiento del sistema de control de documentos. De esta manera la dirección está al tanto de cómo está funcionando su sistema de calidad. Las computadoras se hacen cargo del control. No más papeles archivados. Dejamos de trabajar para el sistema de gestión y ahora el sistema de gestión empieza a trabajar para nosotros. De modo que los responsables de la calidad se pueden concentrar en su trabajo porque la parte administrativa es realizada por las computadoras.